lunes, 7 de noviembre de 2011

QUE SIGNIFICA PREGUNTAR

No se nos educa para que aprendamos a preguntar. Se nos educa para que aprendamos a responder. Como se ve, preguntas y respuestas tienen entre nosotros, no apenas un valore convencionalmente complementario sino tambièn intimamente antagònico. Ello es fàcil de explicar, mientras las primeras siembran inquietud, las segundas, si no reconfortan, al menos clarifican y ordenan. Pero por lo mismo que estàn llamadas a apaciguar la incertidumbre, las respuestas suelen ser màs requeridas que encontradas y su aparente profusiòn, en consecuencia resulta màs ilusoria que real. Asimismo, es tan interesante como descorazonador verificar que, en su mayorìa, los polìticos tienden a excluir las preguntas del arsenal retòrico en que nutren su elocuencia. Estàn persuadidos de que les irà mejor si se las ingenian para responder antes que para preguntar. Decididamente, preguntar no es prestigioso. Puede si resultar circunstancialmente tolerable, sobre todo en boca de los niños. En especial entre los tres y los diez años, los chicos suelen hacerse cargo de cuestiones cuya densidad poètica y filosòfica rebasa con holgura eso que, un tanto precipitadamente, llamamos nuestra madurez. Asì es como, en su mayorìa, quienes divulgan en reuniones sociales las "ocurrencias", de sus hijos, tienden a etiquetar como ingenioso a lo inquietante, como divertido a lo grave, como insòlito a lo bello y como expresiòn de inocencia a lo que traduce el mal radical de los cuestionamientos. Los niños preguntan en serio. ¿Que significa eso?. Significa que, al igual que contadìsimos adultos, se atreve a quedar en la intemperie, a soportar los enigmas impuestos por una realidad que, rompiendo el cascaròn de docilidad aparente, se planta ante ellos revulsiva, irreductible, misteriosa y desafiante. Los niños no preguntan porque no sepan. Preguntan porque el saber aparente, ese velo anestesiante que años despues habrà de envolverlos, aùn ha logrado insensibilizarlos. Los niños estàn aùn màs aca del saber. Lo demuestran al hacerse cargo personalmente de la responsabilidad de preguntar. Y aquì arribamos adonde màs importa. Preguntar no es carecer de informaciòn existente. Nada pregunta quièn supone constituìda la respuesta que èl busca. Si la pregunta va en pos de una respuesta preexistente, serà hija de la ignorancia y no de la sabidurìa. Preguntar es animarse a cargar con la soledad creadora de aquèl viajero que inmortalizò Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

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